top of page

Leonor Sobrino

Leonor Sobrino.JPG

Leonor Sobrino llegó a la zona, producto de una venta de terrenos que realizó su padre a Pablo Neruda, ella tenía un vínculo y se sentía comprometida con las mujeres de Isla Negra, ya que veía como trabajaban en época estival fuera de sus hogares, dejando de lado sus quehaceres de dueñas de casa y sus labores de madres. 

A raíz de esto en el año 1966, decidió agrupar a 20 mujeres para enseñarles en primera instancia Economía Doméstica y tejidos, así de esta  manera las mujeres podrían recibir ingresos desde la comodidad de sus hogares.

Leonor invitó a estas mujeres a recorrer la zona para que observaran los paisajes de la zona. Un día una de esas mujeres le enseñó unas flores bordadas en telar, qué encontró tan primitivas y pensó: ¡pero si esta mujer es una pintora ingenua!; de ahí en adelante las abasteció de material necesario para comenzar a trabajar y darle colorido a cada una de sus creaciones.  

Leonor Sobrino empieza a contactar gente importante para poder ofrecer los trabajos de las bordadoras, producto de esto es que en el año 1969 realizan la primera exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes, ocasión en donde Neruda adquiere 4 telas, las cuales se encuentran exhibidas hasta el día de hoy en la ahora Casa Museo Pablo Neruda, tal fue el éxito de esa exposición que lograron vender todas las creaciones. 

Durante los siguientes años y tras un arduo trabajo y gracias a los contactos de Leonor Sobrino, se realizaron exposiciones de sus trabajos en reconocidos lugares a nivel mundial.

1972, La Galerie du Passeur y L´Espace Cardin, París

1973, XII Bienal de Sao Paulo, Brasil

1975, Metropolitan Museum Of Art., Miami

1978, Musée de L´Athenée Ginebra, Suiza

1979, Fondation le Cachot de Vents,Neuchatel

2019, Museo Nacional de Bellas Artes, Chile

Esta última exposición se denominó "Bordar el Desborde, las Bordadoras de Isla Negra 1969-2019, la cual conmemoró 50 años desde la primera exposición en el mismo recinto. 

En el año 1999 y cansada ya de tanto ajetreo, Leonor decide retirarse y entrega a las bordadoras que quedaron  lanas y dinero que habían adquirido producto de las ventas de sus piezas. Con un poco de pena y a la deriva, las bordadoras continuaron el recorrido solas, camino difícil, debido a que era ella quien hacía todos los contactos para las exposiciones y las ventas de sus trabajos.  

​

​

​

​

bottom of page